Lo
bueno de la falta de espacios donde reunirnos los activistas y todo el que
pretende hacer algo, en estos momentos tan críticos para las clases populares, es que tenemos que
compartir estos espacios. En ellos hay reuniones de Podemos, Ganemos, PAH,
mujeres y todos los otros colectivos que estamos trabajando en ello, como diría
aquel.
Suele
pasar que la coincidencia de reuniones te hace ver a gente que nunca habías
visto antes. Los que llevamos años intentando transformar este sistema represor
y policial en una sociedad donde los trabajadores y las capas populares, en
general, sean efectivamente el sujeto decisorio y organizado de la
sociedad que pensamos y que queremos,
vemos a toda esta gente y nos preguntamos. ¿Donde estaban todas estas personas? Hemos luchado contra las reformas laborales, tanto del PP como del PSOE,
contra la Ley 15/97 de la sanidad, contra el régimen del 78, intentando crear
conciencia y unidad contra este régimen que nos oprime. Pero nunca hemos visto
nuestras reuniones tan llenas como las de Podemos y, sigo preguntándome, ¿donde
estaban? Llenan las reuniones pero no participan de las movilizaciones que
últimamente estamos convocando, ¿no participan y ya conocen la solución a estos
problemas? ¿Han tenido una inspiración divina enfrascados en sus reuniones
preparatorias de cara a este año electoral?.
Les recuerdo que la Ley Mordaza entrará en
vigor próximamente. Quizás piensen que dar la cara contra la represión de la
policía, las multas o pegar carteles no es cosa de ellos, ellos quizás piensen que están para cosas más
importantes. De cualquier forma, mandan a un líder con la suficiente cobertura
mediática a solidarizarse con los colectivos en lucha y ya cumplen. Quiero
recordar que siempre hay excepciones a la regla.
Otro
aspecto, el de los objetivos que están sobre la mesa en las discusiones de
estos círculos de personas, supuestamente sabedores de lo que hace falta a este
Estado, ¿discuten del cambio de régimen? ¿De acabar con el capitalismo?
¿De acabar siquiera con el sistema representativo? (Les recuerdo a estos
“intelectuales”, que era una de las reivindicaciones más sentidas de su amado
15M) ¿de no pagar la deuda? Pienso que todo esto no está sobre la mesa de
discusión de los círculos o como mucho serán discusiones pospuestas para mejor
ocasión. Dice su líder que, al final, solo quedaran el PP y Podemos... ¡Que curioso
no salimos del bipartidismo!
Desde
las Europeas hasta ahora los cambios en sus argumentaciones han variado de
forma contundente, de un discurso reformista a otro más pragmático y
posibilista. Estos dos conceptos son reaccionarios en sí mismo, impiden la
transformación social.
En este
proceso, hoy existen dos proyectos. Uno encabezado por Podemos donde se
reconduce todo el descontento a posiciones solamente electoralistas. Tanto los
reformista como los ortodoxos no temen a nada tanto como a la rebelión
espontanea de los oprimidos y explotados, ambas corrientes frente a la
rebeldías de las masas, gustan de presentar el argumento de que estas carecen
de conocimientos teóricos y de preparación a fin de volver a acaudillarlas.
El otro
proyecto es un aguijón nada fácil de sacar de la piel del sistema. Son las
Marchas de la Dignidad, donde está claro que gobierne quien gobierne no vamos a
dejar de pelear por nuestro mínimo programa político, que poco a poco debe de
ir incrementándose, y por un modelo de sociedad donde los trabajadores y los
movimientos sociales sean la principal fuerza transformadora de esta sociedad.
El
canto de sirena representa en la mitología antigua, el poder del espejismo y el
hechizo para apartar a la humanidad de su ruta.
En la
Odisea uno de sus pasajes más famosos,
el de la isla de las sirenas, nos advertía de que no nos fiáramos de estos
cánticos. Circe
advierte a Ulises sobre este peligro y le dice que se ate al mástil y que ponga
a sus marineros tapones de cera en los oídos, así podrá escuchar los cantos sin
caer en su encanto y hechizos.
Mi
recomendación es que una vez oído el canto de sirena de Podemos, sigamos
construyendo poder popular sin caer en su hechicería. Esta es la ruta de la
humanidad para construir una nueva sociedad.
Alberto
Dávila
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