OPINIÓN VECINAL- DA IGUAL QUIEN GANE

Hace unos días, charlando con un amigo sobre la actual coyuntura política y la “oportunidad” electoral que, la primera, parece que está abriendo para conseguir una transformación social, nos preguntamos, ¿qué hacer?

En la actualidad tenemos, en principio, sólo dos opciones en las elecciones. Por un lado, votar a los partidos políticos tradicionales, aquellos que han llenado este país de corrupción, pobreza, desigualdad social, desempleo... Partidos políticos (desde la derecha del PP hasta el centro-izquierda de IU) que han contribuido al afianzamiento del sistema político actual. Vieja política que no ofrece nada nuevo y que algunos, todavía, intentan disimular con nuevos perfumes su olor rancio. Todo por el voto.

Por otro lado, tenemos las nuevas opciones electorales que, tras el impresionante resultado de PODEMOS, han adquirido un nuevo impulso, situándose en una clara alternativa electoral. Muchas de estas nuevas opciones electorales vienen trabajando desde hace años, otras han surgido al calor del 15M.

Lo más destacado de la importante y gran brecha abierta por Podemos no es el acto en sí de los resultados electorales pasados y futuros que obtendrá si no lo que estos generan. Como describe Zizek, “la auténtica significación de la Revolución no reside en lo que realmente está sucediendo sino la respuesta entusiasta que los acontecimientos generan en los observadores”. Es decir, la revolución política que han supuesto las elecciones europeas en el Estado español lo ha sido por las esperanzas que ha despertado. Ahora, al igual que con el 15M, todo vuelve a ser posible.

 Sin embargo, existe una gran diferencia entre estos dos momentos: el lugar en el que sitúan el Poder. El 15M rechaza frontalmente cualquier tipo de relación/participación con todo lo que tenga que ver con el Estado. En este rechazo de “lo institucional” los movimientos sociales, y las innumerables alternativas sociales construidas colectivamente por la gente, sitúan el poder en las personas auto-organizadas que construyen nuevas relaciones sociales basadas en los principios de igualdad, horizontalidad, solidaridad y apoyo mutuo. Este tipo de relaciones sociales horizontales que construyen nuevas prácticas sociales y, por consiguiente, transforman la sociedad desde abajo. Los movimientos sociales serían los espacios de construcción de poder social.

Por el contrario, Podemos y todas las alternativas municipalistas, que han surgido y están surgiendo, tienen una visión Estado-céntrica del Poder, es decir, consideran el Estado como herramienta imprescindible para la transformación social, olvidando que el Estado es, por naturaleza, capitalista y no un mero instrumento del capital. Consideran el Poder como un objeto que se puede alcanzar o conquistar, fetichizando el Estado como fuente de la que emana el poder. De este modo, se aleja a las personas del Poder ya que no se las considera fuente natural de poder sino instrumento para su conquista. Este es el rol que, por ejemplo, para IU, desempeñan los movimientos sociales, simples instrumentos para alcanzar el poder, en lugar de ser los espacios esenciales de construcción de una nueva sociedad. Para Podemos, está aún por clarificar.

La lucha por la toma del poder jerarquiza la lucha misma, al dejar en segundo plano a aquellas que, a priori, no sirven para el objetivo fundamental del partido: la Toma del Estado.

Aún siendo consciente de las diferencias existentes entre unos partidos políticos y otros, rechazando la vieja política institucional y siendo escéptico con la nueva, mientras las nuevas alternativas continúen el viejo camino de la institucionalización de las luchas emancipadoras, dará igual quién gane. Aunque esta coyuntura política y social que se abre parece nueva e irrepetible, no es sino la repetición de otras coyunturas pasadas y, ojalá me equivoque, terminarán absorbidas por la vía institucional, sustituyendo a una clase dirigente por otra, obstaculizando la emancipación de las personas.

R.W.