OPINIÓN VECINAL: EJERCER O NO EL DERECHO DEMOCRÁTICO ES OTRO DERECHO

¿Se conoce realmente el valor de la abstención, del voto en blanco y del voto nulo?

En el próximo mes de mayo veremos cómo, al igual que cada año, las calles se van llenando de banderines y farolillos para las fiestas de la localidad, pero también formarán parte de la decoración urbana las sonrisas impostadas de nuestros políticos que, cubriendo farolas y atestando muros propagandísticos, harán su particular campaña electoral. Dejando a un lado la verbena, es momento de pensar en qué haremos el día de la votación. Para muchos será un día más y se quedarán en sus casas, pensando en las fiestas; para otros será el momento de actuar, de ejercer su derecho como ciudadano democrático; mientras que algunos se plantearán cómo pueden, en esta ocasión, mostrar su indiferencia o indignidad hacia quienes consideran que no ejercen su cargo con equidad y justicia. He aquí cuando surge el continuo debate acerca de qué es el voto en blanco, el voto nulo y la abstención.

Para los que aún lo dudan, para los que acaban de cumplir la mayoría de edad y andan despistados o para el que le apetezca leer esto, aquí va la aclaración:

Se podría decir que tanto el voto en blanco como el voto nulo son una forma de protesta, el modo de trasladar a los partidos participantes en la campaña que no son del agrado ni representan tal ideología o interés social. Sin embargo, la diferencia entre uno y otro es que el voto nulo no beneficia ni perjudica a ningún partido, tan sólo muestra esa opinión de descontento que tan pobremente se tiene en cuenta, mientras que el voto en blanco, aunque tampoco va para ningún partido como a veces se cree erróneamente, sí que se considera “aceptable” y es válido en cuanto al recuento de la totalidad de votos para establecer el corte que permite a un partido acceder al poder. Esto es, que si bien el voto en blanco no beneficia ni perjudica a las distintas agrupaciones políticas al igual que el nulo, sí que eleva ese corte, por lo que, normalmente, afecta a los partidos minoritarios cuyo número de votos se alejaría entonces de ese sesgo que deberán superar para obtener escaños.

Por su parte, la abstención rara vez se tiene en consecuencia puesto que los políticos y las empresas demoscópicas no investigan las razones que impulsan a no votar, y las pocas veces que acceden a responder al porqué de estos datos se aferran a la pereza del ciudadano o al desinterés político.

Sea cada uno libre de hacer lo que quiera, como parece ser que los que gobiernan hacen también, pero seamos consecuentes con nuestras decisiones y elijamos lo que mejor convenga a uno mismo y a la sociedad de la que formamos parte y que tanto nos afecta.

Fdo. "Marcapáginas" vecino de Getafe

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